¡Hola! Mi nombre es Eugenio y soy el reportero del clima de Facebook, en sí, soy lo más divi de Samurai. Para lograr la fama he tenido que vivir en una nueva ciudad, dejando atrás el hotel mamá; ya no soy el bebé de la casa, ahora soy un adulto serio y muy responsable. Así que sin más rodeos, me dediqué a limpiar este cambuche con estos 6 sencillos pasos que aprendí en el que era mi hogar. Lo mejor todo es que solo me llevó una hora hacerlo.
1. Pon música y recoge el desorden
Nada más agradable que ir al son de un buen merengue para ir recogiendo la media nona o ese reguero de comida que lleva tres días en el piso. Si se deja todo en su lugar, será mucho más fácil pasar el trapo húmedo y así quitar el polvo. La experiencia me ha enseñado que lo ideal es limpiar de arriba a abajo para no hacer doble trabajo.
2. Hacia adelante y a paso firme con la aspiradora
Un piso limpio sí que enamora, así que yo lo aspiro rápidamente con la Compact Power Cyclonic de Samurai, que filtra hasta el 99.98% del polvo. Recuerdo que de niño odiaba aspirar con esa cosa rara que había en mi casa. La aspiradora era tan pesada y ruidosa que mi papá le decía “suegrita”. Pero desde que compré esta aspiradora, todo se hace más sencillo pues es más silenciosa, compacta y ahorra energía. Ahora mi casa queda libre de polvo en pocos minutos.

3. Si ordenas la nevera, todo se agiliza.
En este poco tiempo de autonomía, me he dado cuenta de que una nevera ordenada hace todo más fácil, así que en la parte central pongo los alimentos que deben conservarse refrigerados como los lácteos y los embutidos; en la parte inferior, los que deben estar más fríos como la carnes (eso sí, siempre en recipientes). Si el congelador esta en la parte superior, en los cajones de abajo se ponen las frutas y verduras y, en la puerta, las salsas, aderezos, mermeladas y jugos que ya están abiertos. Por cierto, ¡necesito mercar!

4. El vinagre no solo sirve para cocinar, en el baño también es de utilidad
Un reportero del clima tan prestigioso como yo, requiere de un baño limpio para visionar si hará frío o calor. Por eso pongo rápidamente todo en su lugar: toallas, jabones y cepillos; brillo los grifos para que el baño luzca más limpio; desinfecto, echo un poco de vinagre caliente en el inodoro (truquito by mamá) y paso rápidamente papel periódico con un poco de limpiavidrios para verme más bonito en el espejo. ¡Ya está! El baño es digno de este pechito.

5. Lava, plancha y guarda ¡no dejes acumular!
Nada hace más bulto que la ropa, por eso en la noche la pongo en la lavadora. Al día siguiente, mientras veo la novela, me pongo a planchar con la Smart Protect de Samurai, que no necesita ajustar la temperatura (nunca creí que esto fuera posible, ¡te amo, Samurai!).
Para que la ropa no se arrugue, la dejo enfriar antes de guardar; no la aplastes demasiado, no seas tacaño y compra varios ganchos.

6. Enamórate de tu trapeadora
En la vida solo he encontrado una cosa que me da la talla al momento de bailar: la trapera. La lavo, le echo un poco de aromatizante y me tomo la pista para dejar los pisos muy brillantes con ese olor a lavanda que tanto me gusta. El secreto es mantener el trapero bien húmedo, dejándolo en el agua el tiempo suficiente para evitar que quede tieso, pero ojo: ¡húmedo mas no chorreando!

El camello más pesado fue el primer día que limpié mi apartamento. Pero hablando con mamá, me dio su último consejo: “hijito, si distribuyes las funciones media hora en la semana, el sábado podrás dedicarte juicioso a hacer tus reportes del clima”.